martes, 29 de abril de 2008

Salutacion al Emmo. Sr. Cardenal Jose Saraiva-Martins

Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Beatificación de la Madre Candelaria de San José,
27 de abril de 2008
Cardenal Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas

Emmo. Señor Cardenal José Saraiva Martins,

En nombre de mis hermanos, los Señores Arzobispos y Obispos de Venezuela y en el mío propio, en nombre de los fieles católicos venezolanos, especialmente de los congregados en esta festiva ocasión en los estadios de la Ciudad Universitaria, tengo el honor de darle la más cordial bienvenida a nuestra tierra y a nuestra Iglesia en Caracas y Venezuela.

Viene Su Eminencia hasta nosotros en representación del Santo Padre Benedicto XVI, como Prefecto de esa Congregación para las Causas de los Santos, para presidir esta festiva Eucaristía. Su Eminencia proclamará a los cuatro vientos que una religiosa venezolana, la Madre Candelaria de San José, fundadora de las queridas Hermanas Carmelitas venezolanas, ha sido considerada digna del honor de los altares. Así lo decretó solemnemente el Papa Benedicto XVI el pasado 6 de julio de 2007 ¡Bienvenido, querido Señor Cardenal!

Hoy, con inmenso jubilo, los católicos venezolanos festejamos con Su Eminencia esa proclamación, que es para todos nosotros, una ocasión y un motivo más para reafirmar nuestra fe en Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Rey de Reyes y Señor de los Señores, nuestro Divino Salvador, la fuente y el autor de la santidad y de la felicidad.

Al proclamarla Beata, Su Eminencia presentará a la Madre Candelaria de San José ante todos los católicos y ante todo el pueblo venezolano, como un ejemplo de vida. ¡Heroína de la fe, de la esperanza y de la ardiente caridad cristiana! Ella, nos indica que el camino para seguir a Jesucristo es el camino de la entrega y la fidelidad en la fe y en el amor, en la religiosidad viva, en la sólida esperanza en Dios.

La beatificación de esta heroína de la fe proclama además, la vigencia de la Religión Católica, de nuestra Santa Iglesia y, en particular, la utilidad y la eficacia de la vida totalmente consagrada a Dios y al servicio de los demás. Su vida fue fecunda en obras de provecho para el pueblo venezolano, especialmente para los más necesitados. Ella es para todos nosotros un ejemplo de lo que la Iglesia hace día tras día, a favor de nuestra patria. Ella personifica el triunfo de la fe sobre la incredulidad; del amor sobre el odio; de la solidaridad y la misericordia sobre el egoísmo y la indiferencia; de la paz sobre la violencia y la guerra.

Desde hoy en adelante, la Madre Candelaria será una invitación viva para que muchos jóvenes católicos quieran, como ella, seguir a Jesucristo en la vida sacerdotal o religiosa. Que así lo comprendan nuestros jóvenes para que la fe cristiana siga iluminando la historia del pueblo venezolano.

En esta solemne Eucaristía, querido Cardenal Saraiva, la Iglesia en Venezuela también ratifica su amor, su obediencia y su estrecha comunión con el Santo Padre Benedicto XVI. Transmítale al Papa la expresión de nuestro afecto, gratitud y fidelidad.

¡Lo recibimos con los brazos abiertos, Eminentísimo Señor Cardenal

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