martes, 6 de mayo de 2008


ENVÍA, SEÑOR, TU ESPIRITU SANTO!
MENSAJE DE PENTECOSTÉS
+JORGE L. UROSA SAVINO,
CARDENAL ARZOBISPO DE CARACAS


Mis queridos hermanos:

En esta solemnidad de Pentecostés conmemoramos y renovamos cada año la plena efusión del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, en unión con nuestra madre amorosa, María Santísima, para iniciar así la obra de la evangelización. Cristo resucitado envió a los Apóstoles su Espíritu divino, el Espíritu del amor y de la paz, de la vida y de la salvación, para que ellos, a su vez, nos lo comunicaran a nosotros, los creyentes, a lo largo de la historia.

En esta solemne ocasión rogamos al Señor que envíe abundantemente su Espíritu sobre nosotros, sobre nuestras familias, sobre toda la Iglesia, a fin de que tengamos la luz y la fuerza necesaria para amarlo sobre todas las cosas, y para vivir con gozo nuestra gloriosa condición de Hijos de Dios, discípulos de Cristo, y miembros de la Santa iglesia Católica, tal como la vivió la Beata Madre Candelaria de San José, recientemente beatificada.

Oramos también para que cada uno de nosotros abra su corazón al Señor, y nos dejemos guiar por su Santo Espíritu en el cumplimiento de los Diez Mandamientos de la Ley de Dios, particularmente en la vida familiar y en el cumplimiento de nuestros deberes personales y sociales. Oramos también especialmente por nuestra Patria, para que el Espíritu de Dios nos ayude a encontrar los caminos de la paz, y nos fortalezca en la lucha por el bien y la verdad.

PENTECOSTÉS, DÍA DEL SEMINARIO.

Esta fiesta es también EL DÍA DEL SEMINARIO, es decir, de los Institutos donde se forman nuestros sacerdotes. Es el Espíritu Santo quien configura el sacerdote a Jesucristo, Buen Pastor. Por eso, en Pentecostés recordamos con especial afecto nuestros SEMINARIOS ARQUIDIOCESANOS: el de SANTA ROSA DE LIMA, donde desde hace más de trescientos años se han ido preparando los sacerdotes de Caracas y de muchas otras Diócesis de Venezuela para servir al pueblo de Dios como sagrados ministros del Altar, y el SEMINARIO MISIONERO REDEMPTORIS MATER.

Los invito a orar con insistencia al Señor por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas en nuestra querida Caracas, y especialmente por nuestros Seminarios Arquidiocesanos, viveros de futuros sacerdotes, para que, guiados por el Espíritu de Dios, sean comunidades de intensa vida espiritual, de elevada condición académica, y de esforzada formación pastoral de santos, doctos y diligentes sacerdotes, para bien y alegría de todos ustedes, hijos y fieles de nuestra Santa Iglesia.

APOYAR AL SEMINARIO

Particularmente quiero pedirles también su apoyo económico para el sostenimiento de nuestros Seminarios que, gracias a Dios, han ido dando frutos abundantes. En los últimos cinco años hemos ordenado en Caracas diecinueve sacerdotes, ungidos del Señor para llevar a Ustedes sus dones maravillosos de gracia, paz y salvación. Tenemos actualmente 65 alumnos de 8 diócesis diversas en nuestros dos Seminarios. Ahora bien: los costos de su formación son cada vez más altos. Y a pesar de la austeridad de vida, la inversión necesaria ha subido a casi Sesenta mil Bolívares F. mensuales.

Por estas razones, acudo a Ustedes para solicitar su apoyo a la Obra del Seminario, creando becas parroquiales o familiares, y contribuyendo en la Colecta especial que se llevará a cabo en todos los Colegios católicos, y en todas las Misas y celebraciones de la Palabra que tengan lugar en nuestra Arquidiócesis en este fin de semana. Dios recompensará con generosidad y abundancia a quienes con fe y con amor por Él apoyen las obras de la Iglesia, especialmente esta del Seminario, donde se forja y construye el futuro de la Iglesia en Caracas.

Amadísimos hermanos:

¡Pidamos al Señor que envíe con fuerza su Espíritu sobre nuestra Iglesia! Que suscite abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas! Que este nuevo Pentecostés sea ocasión de renovación y crecimiento espiritual para todos ustedes, para su familia y para nuestra querida Patria. Y que el amor por el Sacerdocio y el Seminario, manifestado también en el apoyo concreto a su funcionamiento, se extienda y fortalezca en nuestra Iglesia arquidiocesana de Caracas.

Con mi afectuosa bendición episcopal,
+JORGE L. UROSA SAVINO,
CARDENAL ARZOBISPO DE CARACAS
Caracas, 5 de mayo de 2008



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